ARTES VISUALES

La Esmeralda impulsa el programa Taller de Artista Invitado con la participación del escultor y fotógrafo Mauricio Alejo

Boletín No. 587 - 26 de abril de 2024
  • El ponente habló en el plantel del Inbal sobre los inicios de su carrera y compartió algunas imágenes de sus obras

En el marco del programa Taller de Artista Invitado, la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda —mediante su Licenciatura en Artes Visuales— ofrece una serie de conferencias con la participación de artistas reconocidos a nivel nacional e internacional, y una actividad a sus estudiantes para ampliar sus conocimientos y posibilidades expresivas; en esta ocasión participó Mauricio Alejo (Ciudad de México, 1969), quien ha desarrollado una destacada trayectoria. 

Durante su plática realizada el 24 de abril, en las instalaciones de la escuela del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas (Sgeia), el ponente habló sobre los inicios de su carrera en los campos de la fotografía y la escultura, y la función del arte a partir de estas dos disciplinas, además de mostrar algunas imágenes de sus trabajos.

“Empecé como artista autodidacta y trataba de entender el medio en el que trabajaba. En ese tiempo, mi creación no obedecía a los principios de la escuela y en los noventa empezó mi inquietud por la fotografía, con un carácter más documental”, explicó el artista, quien ha presentado su obra en el Centro de la Imagen, el Museo Rufino Tamayo y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en España, entre otros espacios.  

El ponente residente en la Universidad Nacional de Singapur, para proyectos de sitio específico, explicó que su trabajo empezó a tener resonancia hace algunos años, pero también ha sentido la inquietud de acercarse a la inteligencia artificial.

Ancladas en el mundo real, las imágenes e instalaciones de Mauricio Alejo exploran la evanescencia de la realidad y sus intercambios con la noción del mundo como imagen. “En mi trabajo había una afinidad emocional hacia los objetos. Lo que hacía con la fotografía era observar el mundo y creo que no hay trabajo en el que no influya el yo”, dijo el acreedor a diversas becas del Fonca y la Fundación de Nueva York para las Artes.