MÚSICA

El Ensamble Coral Voce in Tempore festejó su 30 aniversario en el Palacio de Bellas Artes

Boletín No. 344 - 11 de marzo de 2019
  • Celebró un concierto conmemorativo en la Sala Manuel M. Ponce, desarrollado en el marco del Día Internacional de la Mujer

El Ensamble Coral Voce in Tempore “llega a sus 30 años con mucho trabajo, constancia, pero, sobre todo, con mucho amor, ímpetu y pasión”, señaló en entrevista su fundadora y directora, Ana Patricia Carbajal, después del concierto conmemorativo celebrado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Carbajal mencionó que alcanzar este punto implicó un reto en diversos niveles. “Ninguno de los integrantes son músicos profesionales”; por ello, el primer trabajo, apuntó, es “animarlos a cantar, porque cualquiera con voz puede cantar”.

Después viene “la disciplina, el trabajo sistemático, para que reconozcan su voz y aprendan a acoplarse con otros. Finalmente, desarrollar todas las cualidades que se necesitan para estar en una agrupación coral. Pero eso es algo que está abierto a cualquiera que se discipline y quiera cantar”.

Fundado en 1989, el Ensamble Coral Voce in Tempore cuenta con gran variedad de repertorios de música de cámara a capella en diversos estilos e idiomas, desarrollados a lo largo de su trayectoria.

“Somos un coro que no solo interpreta en español, sino en otros idiomas, como en el concierto de hoy, donde tuvimos vasco, noruego, inglés, árabe, entre otros, pero el coro está acostumbrado. Eso es parte del reto”, aseguró la directora.

Durante la celebración realizada, además, en el marco del Día Internacional de la Mujer, el ensamble interpretó un amplio repertorio, con obras que van desde el siglo XVI hasta nuestros días.

Entre las que se escucharon están Hanacpachap cussicuinin, de Juan Pérez Bocanegra; Un sarao de la chacona, del español Juan Arañés; la canción nupcial de tradición popular noruega Brurersmarj; así como la popular vasca Aitak eman daut dotea y la musulmana Lamma Badda. También Como la cigarra, de María Elena Walsh; La jardinera, de Violeta Parra, en versión coral de Aurelio Tello; Dambala, de Raúl Vázquez, y Chamaquita de mi vida, de Francisco Zúñiga.

Sobre el papel de la mujer en la música, señaló: “durante mi carrera no he sentido que alguien me haya hecho menos por ser mujer, aunque, he visto, sí, muchas desventajas para muchas mujeres, no solo en el ámbito artístico. En mi caso, no lo he vivido en mi entorno porque mi trabajo ha ido creciendo poco a poco junto con la agrupación. Me he ido ganando un lugar y no he tenido obstáculos, al menos, alguno relativo al género”.

Para algunas de las integrantes participar en el coro ha implicado desarrollo. “Este es uno de los beneficios para aquellos que participan en un coro: obtienen seguridad, sensibilidad, capacidad de desplazarse con confianza frente al público, además respiran mejor. Participar en un coro acarrea muchos beneficios sociales, personales y físicos”, concluyó.

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