MÚSICA

Los pianistas Guadalupe Parrondo y Rodolfo Ritter presentarán el Bach–Brahms Project en el Palacio de Bellas Artes

Boletín No. 1507 - 16 de noviembre de 2017
  • Se podrán escuchar las obras Variaciones Goldberg BWV 988 de Bach y la Sonata para dos pianos en fa menor op. 34b de Brahms
  • Única presentación: sábado 18 de noviembre a las 19:00

La Sala Principal del Palacio de Bellas Artes será el escenario donde se lleve a cabo el que ha comenzado a ser considerado como “el concierto del año”. Se trata de la presentación del Bach–Brahms Project, un concierto a dos pianos a cargo de los virtuosos del teclado mexicanos Guadalupe Parrondo y Rodolfo Ritter.

Organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la presentación se realizará el próximo sábado 18 de noviembre a las 19:00 en el recinto de mármol, y el programa está formado por dos de las obras más importantes para piano de todos los tiempos: las Variaciones Goldberg BWV 988 de Johann Sebastian Bach (1685-1750), en una transcripción para dos pianos realizada por Josef Rheinberger (1839-1901), y la Sonata para dos pianos en fa menor op. 34b de Johannes Brahms (1833-1897).

De acuerdo a los especialistas y al propio intérprete Rodolfo Ritter, ambas composiciones son “obras cumbre de sus respectivas épocas, y de todos los tiempos”. Es un concierto que se realiza por segunda vez en México (la primera fue el pasado mes de octubre, luego de los sismos de septiembre).

Las Variaciones Goldberg BWV 988 forman, en su origen, una de los obras más importantes en el repertorio de la música para clavecín. Fue escrita por Bach a petición del embajador ruso en Alemania, el conde Kaiserling, quien para sobrellevar sus largas noches de insomnio encargó a su amigo componer algunas piezas para ese instrumento, las cuales serían interpretadas por un joven músico excepcional, Johann Gottlieb Goldberg (1727-1756), al servicio del rico diplomático.

Se trata de una composición que inicia con el aria o tema, y le siguen 30 variaciones basadas en ese tema propuesto. Se caracterizan porque el elemento común en estas variaciones no es tanto una melodía, sino un cimiento armónico compartido.

Los biógrafos cuentan que las Variaciones han pasado a la historia con el nombre del intérprete, Goldberg, y es probable que Bach “nunca haya sido mejor recompensado por una de sus obras que por las Variaciones Goldberg. El conde le ofreció un cáliz dorado lleno con cien luises de oro. Sin embargo, aunque la recompensa hubiera sido mil veces mayor, el valor artístico de la obra de Bach no hubiera quedado pagado”.

Las Variaciones Goldberg BWV 988 las compuso Bach en 1742. Más de cien años después, en 1883, el compositor Josef Rheinberger hizo la transcripción para dos pianos, respetuosa del espíritu de Bach. Después, el compositor y organista Max Reger (1873-1916) revisó y editó la transcripción de Rheinberger y la publicó en 1915.

El pianista Rodolfo Ritter, uno de los intérpretes del concierto Bach–Brahms Project, califica a Bach como “el más grande compositor” y a las Variaciones Goldberg como “una de las obras cumbre del pensamiento musical de la humanidad, de las más importantes desde cualquier ángulo que se le quiera buscar, de las creaciones más trascendentales del mundo occidental”.

En su programa de radio por internet La vida secreta, Ritter comentó que esta obra es, en palabras del primer biógrafo de Bach, “la más importante, hasta el año 1800, en cuanto a la estructura de las variaciones. Bach lo hizo por encargo del conde Kinserling, embajador ruso en Alemania”.

Y agregó: “Lo que escribió fue una obra perfecta; fue de sus obras tardías, casi en su última década, pero en realidad no se trataba de una obra para dormir sino, por el contrario, para embelesarse con tan bella música”.

Por su parte, la Sonata para dos pianos en fa menor op. 34b fue escrita originalmente por Johannes Brahms entre 1861 y 1864 propiamente como Quinteto op. 34 para piano, dos violines, viola y violonchelo. La obra, señalan los expertos, fue criticada severamente por el amigo del compositor, el violinista Joseph Joachim. Brahms tomó muy en serio los comentarios y dejó a un lado la partitura original del quinteto para convertirla en la Sonata op. 34b para dos pianos.

Brahms no quedó satisfecho con la pieza, y aconsejado por su amiga y confidente Clara Schumann, hizo una tercera versión, conocida hoy como el Quinteto op. 34 para piano y cuerdas, dedicada a la princesa Anna de Hesse, y que se estrenó en París en 1868. La versión para dos pianos se interpretó por primera vez en Viena seis años después.

Rodolfo Ritter aseguró que la Sonata para dos pianos op. 34b, de Brahms, también se trata de otra obra cumbre de la música de cámara del siglo XIX , y de todos los tiempos, la cual cobra especial relevancia al ser interpretada, también, junto con la pianista Guadalupe Parrondo.

Como hemos comentado, Brahms, dijo Ritter, hizo varias versiones, y esto no es extraño, ya que algunos compositores tienen una casi obsesión por la perfección.

Y concluyó: “Para mí, interpretar esta obra es una de las experiencias más intensas e increíbles que me han tocado en la vida. La sensación es profunda, difícil de explicar, pero siente uno que la vida dependiera de la forma de interpretar la obra, como si uno estuviera sumergido en algo de lo que no va a salir si no lo hace a la perfección. El compositir somete aquí a los intérpretes a un rigor muy grande”.

En el concierto participará Guadalupe Parrondo, destacada pianista mexicana de origen peruano, graduada con el premier prix en la École Normale de Musique de París y laureada en los más prestigiados certamenes internacionales, entre ellos el Concurso Ciudad de Montevideo, el Concurso María Canals de Barcelona, el Concurso Internacional Marguerite Long de París, el Concurso de Ejecución Musical de Ginebra y el Concurso Teresa Carreño en Caracas.

Se ha presentado bajo la dirección de Brian Brockless, Laszlo Gati, Luis Herrera de la Fuente, Kurt Masur y Eduardo Mata, entre otros, y su repertorio abarca recitales, música de cámara, música para dos pianos y otros géneros en los que ha incursionado, abarcando desde la música de Bach hasta estrenos mundiales de obras de compositores mexicanos -recientemente Federico Ibarra le dedicó su Sonata 6 para piano y Alexis Aranda su Estudio 7.

Rodolfo Ritter es uno de los exponentes más importantes del piano en Latinoamérica, de acuerdo a la crítica especializada, y se distingue por interpretaciones de gran fuerza, concentración y magistral dominio de su instrumento dentro de una refinada cultura propia de sonido. Ha sido laureado con la medalla de oro y el primer lugar en el Concurso Nacional de Piano Angélica Morales y fue finalista del I Concurso Internacional de Piano Parnassós en 2003.

Como solista, su repertorio abarca más de cuarenta conciertos para piano y orquesta y numerosos programas para piano solo y cámara. Es invitado frecuente de las agrupaciones orquestales más importantes de México, colaborando con  directores como Enrique Diemecke, Enrique Bátiz, José Miramontes, Massimo Quarta, Juan Trigos, José Luis Castillo, Iván López Reynoso, Juan Carlos Lomónaco y Antonio Tornero, entre otros.

Realiza de manera paralela una interesante labor de difusión y apreciación musical desde una perspectiva anecdótica y antisolemne en su programa de radio La vida secreta por parte de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y se ha desempeñado por dos años consecutivos como consejero editorial de la sección cultural del periódico Reforma a nivel nacional.

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