MÚSICA

Extrae el Ensamble Cepromusic inusitados sonidos a obras de arte

Boletín No. 835 - 23 de junio de 2017

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  • En una sesión de improvisación en la muestra Reverberaciones del MUAC
  • Los integrantes del grupo expresaron lo que les dictó cada pieza artística
  • Presentes en la sesión, los artistas Manuel Felguérez y Arnaldo Coen.

El Ensamble del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) participó con gran éxito en las actividades paralelas de la exposición Reverberaciones: arte y sonido en las colecciones del MUAC (Museo Universitario de Arte Contemporáneo), que se exhibe en este recinto del sur de la Ciudad de México.

Esta participación, gozosa y sorprendente, consistió en una serie de intervenciones sonoras a partir de la improvisación que hicieron los integrantes del Ensamble Cepromusic frente a varias piezas que forman parte de la exhibición.

La muestra reúne el trabajo de 32 artistas sonoros mediante la selección de más de 60 piezas de la colección del MUAC, las cuales, en diversos formatos, advierten el creciente interés que desde los años sesenta del siglo pasado ha despertado el sonido como elemento central de una obra de arte.

Espléndida. Increíble. Así calificó el público e inclusive los propios autores de algunas de las obras, la intervención sonora que realizó, el jueves por la noche, el Ensamble Cepromusic del INBA.

Desde antes de las 19:00, cita marcada para la intervención del grupo en la Sala 9 del MUAC, sus integrantes recorrieron las piezas a intervenir y probaron las posibilidades de extraer sonidos de los diversos materiales de que están hechas las obras.

La primera intervención se llevó a cabo en el gigantesco Mural de hierro, de Manuel Felguérez, obra de 1961, rescatada de las ruinas del antiguo Cine Diana y que hoy forma parte del acervo permanente del MUAC. A lo largo de sus 28.5 X 3.85 metros de chatarra metálica ensamblada, los percusionistas del ensamble, a fuerza de golpes de diferentes tipos de baquetas, crearon un ambiente sonoro efímero, surgido de la emoción que les despertaba la mole de hierro.

Le siguió la intervención a Veremos cómo todo reverbera (2012), de Carlos Amorales, una enorme instalación de la que penden 35 platillos o címbalos, a los cuales cuatro integrantes del Ensamble Cepromusic percutieron con baquetas y acariciaron con los arcos de sus violines.

Instrumentos de aliento-madera correspondieron a la intervención realizada al video Fantasía de Orellana (2013), también de Carlos Amorales, un cortometraje (y cinco serigrafías) que registra las sombras de una actuación del compositor guatemalteco Joaquín Orellana, quien se vio imposibilitado de desarrollar su obra a falta de recursos y tecnología en su país.

Otro percusionista del ensamble tomó por su cuenta el Monumento de percusión. Escultura musical, de los hermanos Bernard y François Baschet, formada por placas de aluminio y varillas de metal ensambladas, que causó furor gracias a la destreza del percusionista que extrajo de ella monumentales sonidos semejantes a una orquesta sinfónica.

Las improvisaciones concluyeron frente a las obras Jaula: Homenaje a John Cage, una pieza más cercana al campo musical, resultado de la colaboración del artista plástico Arnaldo Coen y el compositor Mario Lavista; el mural de Kazuya Sakai Díptico, y El telar, de Tania Candiani.

El Ensamble Cepromusic todo interpretó la obra-partitura que Lavista y Coen hicieron en 1977 en homenaje a Cage, luego de la visita de éste a México en 1976.

El propio artista plástico, presente en la sesión, comentó: “Me da mucho gusto escuchar por segunda vez esa pieza. La idea en aquel entonces fue hacer un catálogo de exposición que en lugar de presentarla un escritor lo hiciera un músico. Con Mario Lavista hicimos esta representación gráfico-sonora con los sonidos que él maneja muy bien con el uso de los instrumentos.

“Entonces, me pareció espléndida, como toda la sesión de improvisación que hicieron con los trabajos de Baschet, de Felguérez, de Amorales. Me parece genial el hecho de descubrir que con pocos elementos pueda haber tantas variaciones. Quiere decir que el espectador creativo puede ser mejor que el autor. Eso me da gusto. Estoy muy complacido”.

Por su parte, Manuel Felguérez dijo: “Me pareció muy interesante y bello. Lo bonito es que son sonidos que nunca antes has oído; entonces, cada sonido es una novedad y me parece estupenda la libertad de cada uno de los músicos para ver cómo le encuentran el sonido a las obras y juntos hacer una creación colectiva increíble. Ojalá todos pudiéramos experimentar algo semejante al menos una vez en la vida”.

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