ARTES VISUALES

El Munae presentó Invierno negro, carpeta gráfica donada por el artista canadiense René Derouin

Boletín No. 888 - 11 de julio de 2018
  • Integrada por 18 estampas realizadas en 2004, en esta carpeta el artista “hace una especie de diálogo con la historia del arte”, comentó Santiago Pérez Garci, director del recinto
  • Se presentó además el catálogo de la exposición El muro de los rapaces, también del creador quebequense

El Museo Nacional de la Estampa (Munae) festejó al artista canadiense de 83 años René Derouin, quien ha trabajado por más de cinco décadas en nuestro país, con la presentación del catálogo El muro de los rapaces y la carpeta Hiver Noir (Invierno negro), esta última donada al recinto y mostrada al público por primera vez.

Invierno negro es una carpeta que dejó el artista en donación en 2014, desde entonces se inició un proceso de gestión que se concluyó este año y hoy ya forma parte del acervo del Instituto Nacional de Bellas Artes”, señaló en entrevista Santiago Pérez Garci, director del Munae.

Integrada por 18 estampas realizadas en 2004, en esta carpeta el artista “hace una especie de diálogo con la historia del arte. Él siempre ha mantenido un arraigo profundo por diversos autores mexicanos, de quienes recupera parte de su iconografía y la ensambla con motivos iconográficos de otras culturas como las indígenas de Norteamérica, de su mismo país, incluso de grabadores japoneses y europeos. Es una especie de homenaje a la gráfica y a sus emblemas en el ámbito internacional, que realizó durante un invierno muy frío, en el que inicia esa reflexión en torno a sus influencias”, explicó Pérez Garci.

Hiver Noir es un tránsito importante que produce otras creaciones”, dijo el artista y agregó que, durante su realización, en ese invierno negro, estaba “privado de todo”, en su casa alejada de la ciudad y más cerca de la montaña.

“La realicé en el que me parece el momento más importante de la vida de un artista, donde no hay nada. Empecé a investigar cada día sobre la historia del grabado de madera, sobre el grabado de Leopoldo Méndez, de Posada, de Munakata, del grabado alemán, de Quebec. En 18 piezas me propuse hablar sobre esta historia, sobre este invierno y al cual vuelvo cada vez que tengo un problema de creación, en el que crece el blanco y el negro, en el que busco una solución”.

Sobre el catálogo de la exposición El muro de los rapaces, muestra que actualmente se exhibe en el Centro Cultural Roberto Cantoral, dijo que es una obra en la cual “estoy luchando contra los rapaces, contra este sistema totalmente loco y a favor de las generaciones futuras, de la cultura, las naciones. Es una obra en la que está depositada mi preocupación social, una influencia que obtuve aquí”.

René Derouin añadió: “Toda mi obra es como un satélite, pues siempre tomo distancia para ver la cultura, para ver a México desde Quebec y a Quebec desde México”. Agregó que sus exposiciones en nuestro país han coincidido con tiempos importantes, pues la primera fue en 1985, con el temblor; y la segunda en 1992, con la firma del TLCAN. “Dos años después lancé piezas de cerámica que realicé en Oaxaca al Río San Lorenzo de Canadá, como un acto artístico referente a la migración, y este año en que se perciben cambios importantes no solo para México sino para el mundo”.

Al describir su carrera, el creador la calificó como “correosa”: Creo que he sido el único quebequense que ha venido a México no para la playa y el sol, sino para la cultura. Llegué en 1953 para estudiar y vine por la mejor ruta, por camión desde Montreal, cruzando Estados Unidos, hasta la Ciudad de México, la cual fue una revelación, por el movimiento muralístico, el arte público y la manera de vivir. Estuve, entre 1956 y 1957 en La Esmeralda, donde estudié con Pablo O’Higgins y conocí a Leopoldo Méndez y a David Alfaro Siqueiros. De ahí, dijo, todos estos temas.

El catálogo reúne 67 imágenes de El muro de los rapaces y obra gráfica del artista, con textos Stéphanie Allard-Gomez, delegada general de Quebec en México; Myriam Vachez, secretaria de Cultura de Jalisco; Teresa Márquez, directora del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero, así como el texto El exilio voluntario, viaje iniciático. México, 1955 de René Derouin.

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