DANZA

Con tres poderosas piezas, la Hubbard Street Dance Chicago inauguró el festival Danzatlán

Boletín No. 868 - 08 de julio de 2018
  •  La destacada compañía estadounidense ofreció las coreografías Grace Engine,Lickety-Split Decadance/Chicago
  • Esta agrupación de danza contemporánea se volverá a presentar el lunes 9 de julio en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

·        “Todo espacio que se gana para la cultura es un espacio que se pierde para la violencia”, comentó Saúl Juárez, subsecretario de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura

Sorpresa, ternura, risas e, incluso, lágrimas, es lo que provocó la presentación de la Hubbard Street Dance Chicago, compañía de danza contemporánea que inauguró Danzatlán 2018, el Festival Internacional de la Danza organizado por la destacada bailarina mexicana  Elisa Carrillo, en colaboración con la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Bellas Artes y otras instituciones.

Con tres poderosas piezas, las cuales volverá a montar en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris este lunes 9 de julio, a las 20:30, la Hubbard Street Dance Chicago, agrupación con más de 40 años de trayectoria y considerada como una de las propuestas más originales de la danza contemporánea, deleitó al público del Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes.

La primera obra que presentó  fue Grace Engine, coreografía de Crystal Pite en la que hay una reflexión acerca de la actualidad. La pieza inicia con el sonido del eco de unos pasos cerca de un tranvía, que luego toman forma a través de un bailarín que aparece desde la oscuridad. Después, salen los 17 bailarines de la compañía vestidos de traje sastre, el sonido del tren es incesante. En momentos parece que los personajes se involucran en una batalla contra la cotidianidad, la repetición y el individualismo.

Lickety-Split, del coreógrafo Alejandro Cerrudo, adquiere otro contexto y otros colores, mostrando lo multifacético de la compañía. Solo cuatro bailarines llenan el escenario con un baile vívido y movido. Sin embargo, la noche fue sacudida por la tercera coreografía,Decadance/Chicago, de Ohad Naharin.

Integrada por varios momentos, la pieza fue una expresión de cómo la danza puede romper barreras e ir en contra de imposiciones políticas, religiosas, sociales y corporales. Fue una obra en la que los integrantes invitaron al público a bailar con ellos; la protagonista fue una mujer que bajó del escenario llorando debido a la experiencia, en la que gritaron consignas idealistas mientras se liberaban de su traje formal. En filas, casi como un ejercicio de improvisación, los bailarines expresaron la fuerza, las capacidades y las libertades de su cuerpo.

Durante el acto protocolario, Saúl Juárez, subsecretario de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura, dijo que los festivales como Danzatlán “son la posibilidad del reencuentro, del diálogo y, son siempre, una bandera de paz, de concordia y armonía”.

Agregó que “México tiene la fortaleza de sus artistas, la cual debemos seguir construyendo y animado para que en ningún momento decaiga”.

El funcionario destacó que el festival está planteado como un viaje, una suerte de travesía que permitirá hacer el recorrido por el movimiento creativo, especulativo, de invitación a mirar las cosas de otra manera, “porque eso es precisamente la danza en vivo”.

Resaltó que Danzatlán “es una oportunidad para acercarnos a compañías de distintas latitudes del mundo y de la danza mexicana, a través de estilos como el hip-hop, el ballet y la danza folclórica. Estoy seguro de que todos saldremos enriquecidos de ese viaje”.

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