ARTES VISUALES

Enrique Yáñez fue un convencido de que la arquitectura es un arte que debe ser, además, una profesión de servicio: Louise Noelle

Boletín No. 765 - 20 de junio de 2018
  • Ayer, en el Palacio de Bellas Artes, especialistas recordaron al destacado arquitecto a 110 años de su nacimiento

Como un arquitecto preocupado por servir a la sociedad, informado y siempre pendiente de lo que sucedía en el país, se recordó ayer, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, a Enrique Yáñez, a 110 años de su nacimiento.

Con una mesa de reflexión, moderada por Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Louise Noelle, Martín Yáñez Molina y María de Lourdes Cruz González Franco pusieron de relieve la labor del destacado arquitecto mexicano.

En su oportunidad, la investigadora e historiadora Louise Noelle resaltó que la experiencia profesional de Yáñez en el diseño, proyección y construcción de hospitales “se encuentra vertida en los libros que escribió a lo largo de su vida, entre ellos los que publicó como primer titular de la Dirección de Arquitectura del INBA y, posteriormente, de forma personal”. 

    

Destacó que el homenajeado fue, además, “profesor de composición arquitectónica en el Instituto Politécnico Nacional, en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, así como en la Escuela Nacional de Arquitectura, para la cual elaboró un plan de estudios muy radical para el momento, el cual fue adoptado por José Villagrán para la hoy Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante su carrera profesional “combinó la teoría con la práctica. Siempre se señaló como un arquitecto con una profunda preocupación social y fue un convencido de que la arquitectura es un arte que debe ser, además, una profesión de servicio. Él predicó con el ejemplo”.

La también investigadora María de Lourdes Cruz González Franco habló sobre el Archivo Yánez, que actualmente resguarda el Archivo de Arquitectos Mexicanos de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, el cual contiene fotos, diapositivas, negativos, publicaciones y documentos varios.

Subrayó que dicho acervo, donado por los hijos del también servidor público, es una fuente consultable a favor de resguardar sus obras. “El Archivo nos permite ver ese funcionalista radical que fue, pero con un cuidado y una calidad constructiva comprobable a través de su arquitectura habitacional”.

Uno de los tesoros de este acervo son las diapositivas, pues “encontramos a un Yáñez viajero. Es el ojo de un fotógrafo que da testimonio de su obra, de las obras que se construyeron en aquellos años, como la Ruta de la amistad. Es un Enrique Yáñez en busca de la luz, de encuadres, también de fiestas y manifestaciones populares”.

Martín Yáñez Molina, hijo del homenajeado, hizo un breve recuento sobre la amistad de su padre con varios arquitectos de su época, entre ellos Juan O’Gorman, así como un panorama sobre las bibliotecas que construyó, las cuales reflejan el ambiente del que decidió rodearse para su labor intelectual.

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