ARTES VISUALES

Mario Schjetnan compartió su experiencia arquitectónica de proyectos urbanos

Boletín No. 714 - 12 de junio de 2018
  • Mesa de diálogo en el marco de la exposición Reconciliar ciudad y naturaleza
  • La naturaleza del lugar, parte importante para un proyecto, dijo a estudiantes de arquitectura en la Sala Manuel M. Ponce

“Sigan sus sueños, nunca se van a morir de hambre”, aconsejó Mario Schjetnan a estudiantes de diversas escuelas de arquitectura que acudieron a la Mesa de diálogo celebrada en el marco de la exposición Mario Schjetnan. Reconciliar ciudad y naturaleza expuesta en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes.

En este encuentro, el arquitecto Schjetnan estuvo acompañado por Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (DACPAI-INBA), en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Martínez Orralde indicó que hablar de arquitectura es contraer un compromiso, entrega, tener sueños, aprendizaje, por lo cual felicitó al arquitecto Schjetnan por los 40 años de su despacho GDU; atreverse a hacer ciudad, trabajar en el espacio, enfrentar los retos del paisaje natural y urbano.

Ante un numeroso grupo de estudiantes de Tlaxcala y de las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana Mario Schjetnan habló de algunos de los 14 proyectos arquitectónicos, urbanos y de paisaje realizados en la República Mexicana por el despacho GDU.

La recuperación del Bosque de Chapultepec, el Canal de la Cortadura en Tampico; la Laguna de Chapulco, el Parque Bicentenario de la Ciudad de México, son una parte de los proyectos que el arquitecto mostró cómo se encontraban y cómo quedaron después de su intervención, además de señalar los retos a los que se enfrentaron él y su equipo.

Mencionó los puntos que considera más importantes al momento de realizar un proyecto, entre los que se encuentran  la naturaleza del lugar, el territorio geográfico, los factores ambientales que forman un ecosistema, la topografía, el clima, la vegetación, las corrientes de aire, el dinamismo del lugar.

Otros son los factores artificiales, creados por el hombre; el aspecto poético también es indispensable a tomar en cuenta, qué nos dice el lugar, es sombrío, bello, alegre, horrible.

Esas tres formas de ver el sitio: natural, artificial y poética, determinan la fenomenología del lugar, si no has entendido el lugar no puedes proyectar, enfatizó el arquitecto.

Destacó la importancia de contar con un equipo multidisciplinario: paisajistas, urbanistas, diseñadores gráficos, ingenieros ambientales y de suelos, entre otros especialistas.

Otros factores que señaló fueron la sustentabilidad, cómo va a impactar la construcción, el sitio, la cultura, la historia, la equidad y ética, así como la calidad del diseño y la calidad de vida.

Mario Schjetnan señaló que desde que estudiaba se interesó por la arquitectura de paisaje y recibió una educación de excelencia en la UNAM. Habló de su “edificio personal”, y los “amigos que iluminan”, mencionó a Mario Pani, Luis Barragán, Pedro Ramírez Vázquez, Ricardo Legorreta y a Félix Sánchez, entre otros.

Tras subrayar que, aunque exista un proyecto, hay que crear una idea nueva e innovar y que los proyectos no deben ser nada más estéticos, sino funcionales,  el arquitecto recordó  su paso por la Secretaría de Salubridad, el Infonavit y la docencia, los cuales  le permitieron llegar al sitio que ahora ocupa. La arquitectura, advirtió, es un enorme maratón. “Hasta 10 o 12 años después de haberme recibido inicié mi despacho, por lo que aconsejo a los estudiantes que sigan sus sueños”.

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