ÓPERA

El juego de los insectos hará su estreno mundial con la Compañía Nacional de Ópera en el Palacio de Bellas Artes

Boletín No. 625 - 27 de mayo de 2018
  • La música es de Federico Ibarra, el libreto de Verónica Musalem y participa un importante equipo creativo, vocal, dancístico y teatral
  • Es una crítica social divertida y ácida, y en la que, a través de una serie de insectos, se recrean los vicios sociales

La Compañía Nacional de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes realizará el estreno mundial de El juego de los insectos en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Ofrecerá funciones los días domingos 3 y 10 de junio a las 17:00, el jueves 7 y el martes 12 a las 20:00. Se trata de una ópera de crítica social realizada a partir del mundo de los insectos con la presencia de artistas de diversas disciplinas en escena.

Basada en la obra de teatro homónima de Karel y Josef ÄŒapek, la ópera se encuentra acompañada de la música de Federico Ibarra, interpretada por la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección concertadora de Guido Maria Guida. El libreto estuvo a cargo de Verónica Musalem, la dirección de escena es de Claudio Valdés Kuri y cuenta con un relevante equipo creativo, vocal, dancístico y teatral.

En conferencia de prensa, el maestro Guido Maria Guida señaló que la partitura de El juego de los insectos tiene un gran sentido teatral gracias al texto de Verónica Musalem que da una connotación e idea perfecta de los personajes que aparecen en la historia. “La música se adapta perfectamente a una medida teatral compleja con un lenguaje muy personal de Federico Ibarra donde hay inspiraciones de música mexicana, de baile, de Prokofiev, Ravel y Stravinski.   

“Cada personaje tiene subtemas y un color orquestal, algo que es interesante porque permite reconocer su psicología. La forma es compleja y hay un lenguaje orquestal muy variado que es utilizado de manera camerística ya que muchos compositores contemporáneos se olvidan de lo que significa cantar una ópera, pero el maestro Ibarra tiene una muy precisa concepción de cómo adaptar un teclado orquestal a los personajes”.

Por su parte, Verónica Musalem afirmó que el texto original de El juego de los insectos presenta una obra muy oscura. “Yo traté de hacer más una farsa donde la explosión de los personajes fuera como una caricatura y los humanice. El cuadro de las mariposas no existía como tal y yo lo puse en un contexto de un bar de moda donde los jóvenes asisten a emborracharse, mientras que el mundo de las hormigas representa la guerra y el sin sentido.

“Empezamos a aligerar conjuntamente la obra y lo que salva en mi versión es el humor.  Cuando hice el libreto, las 45 cuartillas del texto se redujeron a 22 y todo era la palabra precisa. Es una obra que sucede en este momento y que plantea los deseos y obstáculos de los personajes; fue un reto muy fuerte empezar a narrar con pocas palabras”.

Claudio Valdés Kuri dijo que se trata de una ópera que pide y da acción. “Es profundamente emotiva, irónica, grotesca y muy emocionante, algo que es muy interesante como ópera contemporánea. Es accesible y emocional porque nos presenta un mundo de todos los estratos sociales, desde el más bajo, pasando por toda la vanidad de la burguesía, hasta el mundo industrial, científico y militar.

“Es un montaje que busca reflejarnos lo más posible. Tiene muchos involucrados. Además de la Compañía Nacional de Ópera está un grupo de bailarines de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, actores de la Escuela Nacional de Arte Teatral y el Coro del Teatro de Bellas Artes. Es una aventura en la que nos vamos a insertar en el mundo de los insectos por medio de un vagabundo que está totalmente decepcionado del mundo de los humanos”.

El actor Joaquín Cosío, quien debuta en la ópera con El juego de los insectos, dijo sentirse muy contento de participar en este proyecto. “Afortunadamente no canto en esta ópera, solamente interpreto a un personaje hermoso que disfruto mucho, un vagabundo. Me congratulo de formar parte de este trabajo donde los creativos tienen grandes dimensiones, como el maestro Claudio Valdés Kuri, uno de los jóvenes directores mexicanos, transgresor y siempre en la búsqueda.

“Él me ha regalado a un personaje teatral dentro de un formato tradicional que ha avasallado mis expectativas y me ha hecho trabajar en sobremanera para tratar de estar a la altura del trabajo creativo y el de los cantantes, que es por demás impresionante. Nunca pensé trabajar en una ópera y es una experiencia que estoy disfrutando y bebiendo lo más posible”, añadió.

El actor Enrique Ángeles, quien da vida a Otto y al científico, afirmó que es un gran espectáculo porque la ópera es el conjunto de muchas artes. “La ópera es altamente recomendable porque hay música en vivo, actores, bailarines, cantantes y a nosotros nos toca dar vida a los personajes concebidos en la mente del maestro Ibarra”.

Aseguró que Federico Ibarra gusta mucho de explotar las verdaderas posibilidades de las voces y cuando el público asista a esta ópera podrá apreciar la dificultad de los personajes. “El verdadero reto es lograr al personaje y hacer la ejecución lo más eficientemente posible. Espero que nos acompañen porque será verdaderamente un evento espectacular”.

Alonso Escalante, director de la Ópera de Bellas Artes, mencionó que El juego de los insectos es una ópera mexicana que pertenece a un autor vigente y que toca temas muy interesantes, de alto contenido crítico y social. “Es una obra que tiene un tratamiento poco usual para la ópera en México y con un protagonista principal que estará haciendo el actor Joaquín Cosío que permitirá compararnos con el mundo de los insectos. Es una ópera con una partitura llena de lenguajes y recursos de los años treinta, época de la que data la obra”.

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