LITERATURA

Recuerdan a José Ceballos Maldonado con una relectura de sus obras, a cien años de su nacimiento

Boletín No. 374 - 18 de marzo de 2019
  • Antonio Marquet, Francisco Prieto y Héctor Ceballos Garibay analizaron textos del autor michoacano en la Sala Manuel M. Ponce

“Narrador que sorprende, que instiga una lectura de principio a fin, con un estilo personal y reconocible a través de sus obras”, así definieron los especialistas a José Ceballos Maldonado durante una mesa redonda en la que no sólo celebraron los 100 años de nacimiento del escritor mexicano, sino que también destacaron los valores psicológicos y artísticos que plasmó en sus letras.

En esta actividad, organizada por la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), participaron el investigador Antonio Marquet, el narrador cubano Francisco Prieto y el hijo del escritor y especialista Héctor Ceballos Garibay.

Durante su intervención, Francisco Prieto puntualizó que las obras del escritor mexicano, oriundo de Michoacán, son textos habitables. “Como en todo buen novelista, José Ceballos tiene la capacidad de salir de sí y entrar a otro. Sus personajes pueden ser radicalmente distintos”, sostuvo.

“Mi primera lectura de la obra fue una maravilla, ¡qué modo de narrar! Me evocó casi de inmediato a dos autores por los que tengo una gran admiración, Pio Baroja y Cesare Pavese. Los tres escritores, el mexicano, el español y el italiano, tienen una poesía de la narrativa que consiste en hacernos viajar por la cotidianidad, como Chejov, y uno siente que el libro puede continuar. Son páginas de vida impregnadas de poesía, con una fidelidad a ultranza del realismo o el naturalismo”, comentó.

Por su parte, Antonio Marquet analizó Después de todo, una novela del escritor michoacano, publicada en 1969 y narrada en primera persona.

“El protagonista de la novela, Javier Lavalle, es un personaje de la misma altura de don Giovanni, es un personaje que no se arrepiente, que dice ‘esto soy’. Hay un sentimiento de culpabilidad, pero esa determinación de decir quién es, justamente es la lógica con la que la comunidad homosexual enfrentará la década de los noventa, uno de los decenios más críticos que tuvo. Es una novela extraordinaria”.

Héctor Ceballos Garibay, hijo del autor y especialista en literatura, expresó que le ha tocado ser testigo de la sorpresa que causa la narrativa singular de su padre: “Esta sorpresa y enamoramiento tiene una explicación, en sus textos está bien definida la contraposición entre el conflicto del individuo y la sociedad”.

Y agregó: “Por un lado está el contexto impositivo, autoritario, lleno de prejuicios, de convenciones sociales que domeñan al individuo y, por otra parte, está el individuo solitario, atormentado, acosado, que necesariamente se revela y opta por la transgresión”.

En palabras del especialista, la clave por la que el autor de Fuga a ciegassigue vigente es que en su obra está lo universal y presenta las contradicciones humanas: “Me parece que logró una propuesta genuina. La de mi padre fue una vertiente del realismo, el naturalismo y el costumbrismo, por eso es muy fácil de leer”.

Finalmente, Ceballos Garibay mencionó que las obras del escritor mexicano y su transgresión responden a una época particular: “En el contexto de la década de los sesenta, cuando se estaba haciendo toda una literatura muy vanguardista, experimental, en medio de todo esto, surge un autor costumbrista, con un lenguaje directo, coloquial, sencillo, sin adornos literarios”.