ARTES VISUALES

El INBAL rinde homenaje al artista veracruzano José García Ocejo

Boletín No. 82 - 21 de enero de 2019
  • Quiso ser bondadoso a través de su pintura, afirmó Mercedes García, hija del artista
  • Se adelantó en mezclar el dibujo clásico con una postura de la fantasía: Lucina Jiménez

Acompañado con el sonido de su tierra, con el aroma de los arreglos florales y con el grato recuerdo de un artista contundente, sus familiares y amigos se dieron cita en uno de los recintos que lo albergó en su itinerancia artística.

Al ritmo del son jarocho y con un largo aplauso, los asistentes a la Sala Gamboa despidieron a José García Ocejo, quien falleció el pasado 18 de enero.

Durante el homenaje que se le rindió al artista en el Museo de Arte Moderno, donde la primera guardia de honor estuvo encabezada por la Dra. Lucina Jiménez, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), los hijos y nietos del artista compartieron algunas de sus vivencias.

Mercedes García recordó que el mundo del pintor era “el de la revelación en el momento, de la confrontación con él mismo. “Mi papá trató de ser él mismo como podía, con los elementos que tenía. Era un caballero, un dandy; era un enamorado de la elegancia, de la perfección. Era un hombre profundamente espiritual, a su manera, y su manera era la de los grandes artistas, el romanticismo, los griegos, los grandes pensadores y el humanismo per se.

“Entendió la bondad desde un punto de vista filosófico, profundo y quiso ser bondadoso a través de su pintura. Era un hombre temperamental, ególatra en la consciencia de lo que tenía que hacer. Nos enseñó a pensar distinto, a vivir como un acto de libertad y compromiso”, agregó.

La ceremonia no podía estar completa sin escuchar algunos versos. Fue María Elena Madrid quien entonó Poeta más allá de sus ojos; y su nieta, Mercedes Fernández, citó a Jaime Sabines.

Por su parte, la Dra. Lucina Jiménez resaltó que el artista es uno de los más contemporáneos que tiene México. “José García Ocejo deja su trazo dentro del proceso de construcción de nuestro país. Nació en un México convulsionado al que se atrevió a desafiar con su arte revolucionario.

“Construyó una ruta que va desde su natal Córdoba hasta España y Salzburgo, donde cimentó su formación profesional y generó la posibilidad de una ruptura con la tendencia dominante que viene planteando el país. Fue un artista contundente, afable, por lo que el INBAL está comprometido para difundir su obra.  

“García Ocejo se adelantó a su época, era un artista irreverente en muchos sentidos, se adelantó en mezclar el dibujo clásico con una postura de la fantasía; de todo aquello que pudiera desdoblar la naturaleza humana en todas sus dimensiones, desde la más amorosa hasta la más bestial. Se dio la libertad de crear obras en donde jugó mucho con nuevas vertientes del arte”, dijo la titular del INBAL.

Recordó que el artista, quien viajó a Europa desde joven, “rechazó formar parte de cualquier grupo, por eso desafió mucho de lo establecido, o de lo que se estaba instituyendo, por eso fue un espíritu que estaba luchando por el hoy, por el aquí y ahora, más que estar a anclado a un pasado o aspirando a una clasificación. Nunca se doblegó a las tendencias dominantes ni a las búsquedas que podían implicar una vertiente única. Buscaba siempre ser fiel a sí mismo.

“Su personalidad fue noble, generosa y, al mismo tiempo, contundente. De ahí que su esposa, Mercedes, fuese un puente importante de ese diálogo, incluso con las mismas instituciones”, refirió.

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