MÚSICA

Con concierto en el Palacio de Bellas Artes culminan celebraciones en México por los 70 años del Estado de Israel

Boletín No. 1476 - 18 de octubre de 2018

 

  • La legendaria Orquesta Sinfónica de Israel Rishon LeZion, dirigida por Yeruham Scharovsky, cerró su presentación con Cielito lindo
  • Al acto asistieron la Secretaria de Cultura federal, la directora general del INBA y el embajador del Estado de Israel en México

Con un emotivo concierto celebrado en el Palacio de Bellas Artes, la legendaria Orquesta Sinfónica de Israel Rishon LeZion culminó las celebraciones del 70 aniversario de la creación del Estado de Israel.

Dicho concierto se llevó a cabo con la asistencia de la secretaria de Cultura federal, María Cristina García Cepeda; la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho, y el embajador del Estado de Israel en México, Jonathan Peled, quienes se unieron al público en largos aplausos tras la participación de los más de 80 integrantes de la agrupación musical.

Se trató del segundo concierto en el recinto de mármol a invitación del INBA como parte del programa de Eventos Internacionales 2018 del Palacio de Bellas Artes y en el marco de la gira de la orquesta por América que comprendió Brasil y Argentina.

Desde el inicio, la Orquesta Sinfónica de Israel Rishon LeZion, dirigida por el músico argentino-israelí Yeruham Scharovsky, captó la atención del público por la gentil energía que le imprimió el director a sus diferentes secciones instrumentales y por descubrir el sonido característico de una orquesta que en 30 años se ha convertido en uno de los cuerpos artísticos más importantes de Medio Oriente y del mundo entero.

El concierto inició con la obertura de Mark Lavry, Hora, danza del poema sinfónico Emek, obra que rememora “el espíritu de Israel desde el día de su fundación, cuando los pioneros trabajaban de día y al final de su labor se reunían para danzar durante horas antes de cuidar los puntos estratégicos del entonces naciente país”.

Le siguió un tradicional canto sinfónico hebreo, “un rezo: Kol Nidrei, adagio sobre melodías hebreas para violonchelo y orquesta, de Max Bruch, en la cual participó la destacada violoncellista Danielle Akta, de 16 años, quien “ejemplifica a los jóvenes que continúan cuidando la tradición de miles de años de nuestro país”, dijo el director.

Luego vino el Concierto en do mayor para violonchelo y orquesta, Hob. VIIb:1, de Franz Joseph Haydn (1732-1809), y culminó el programa con la Sinfonía núm. 5 en mi menor, op. 64, de Piotr Ilich Chaikovski, envueltos en un prolongado aplauso que parecía no terminar.

La calurosa aceptación de los asistentes obligó al director a volver al pódium. Entonces contó que durante el Holocausto el régimen fascista confiscaba los instrumentos musicales de los judíos y también les ponía una estrella de David. Muchos de esos instrumentos, que no fueron destruidos, se han rescatado y puesto a funcionar nuevamente.

Y mostró dos de esos instrumentos que posee la orquesta: un violín y un violonchelo, con los cuales, dijo, “vamos a interpretar Jerusalén de oro”, canción compuesta en 1967 por la cantante y poeta israelí Naomi Shemer, la cual se ha convertido en un segundo himno de ese país.

Aún más, motivado por los aplausos, el director regresó por segunda ocasión al escenario y a manera de agradecimiento a México, la Orquesta Sinfónica de Israel interpretó un arreglo del tradicional Cielito lindo. La secretaria de Cultura federal, la directora general del INBA y el embajador, desde el escenario, se unieron a los aplausos del público.

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