ARTES VISUALES

Reconocieron en Bellas Artes la labor de las mujeres dentro de la arquitectura, la academia, el diseño y la restauración

Boletín No. 510 - 20 de abril de 2017

.

  • Con la segunda parte de una mesa de reflexión organizada por la Dirección de Arquitectura del INBA
  • Participaron Isaura González, María Eugenia Hurtado, Virginia Arroyo y Gabriela Echegaray, moderadas por Dolores Martínez Orralde

Para compartir experiencias y reconocer la labor de mujeres destacadas en el ámbito de la arquitectura y otras disciplinas, el miércoles 19 de abril se llevó a cabo la segunda parte de la mesa de reflexión Intercambio de miradas desde la arquitectura, academia, diseño y restauración. Mujeres en acción.

Esta actividad tuvo lugar en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, y fue organizada por la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). 

Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura del INBA, indicó que esta iniciativa surgió en el marco del mes de la mujer, ya que “no habíamos tenido la oportunidad de tener un foro de reflexión con voces femeninas, con voces de mujeres arquitectas trabajando en este país en distintas esferas y campos de acción”.

En su oportunidad, María Eugenia Hurtado compartió parte de su quehacer y contribuciones a este campo y destacó el valor de estos foros: “En estos tiempos difíciles creo que es muy importante que en un lugar como este también se muestre la obra que no está en las fotografías, la obra de los otros, la otra arquitectura”.

La tarea de los arquitectos, dijo, debe integrar el conocimiento del otro y saber cómo habita los espacios, ser “agentes culturales activos para cumplir tareas civilizatorias en lo urbano y lo arquitectónico, enfrentando los rezagos que nuestra región continental iberoamericana demanda potentemente”.

Se trata de “una vinculación solidaria con la identidad cultural y los arraigos que nuestras comunidades sostienen, de sembrar la semilla en los cuadros profesionales como una posible inserción en este campo laboral a otra arquitectura”.

Durante su intervención, Virginia Arroyo señaló que el campo de la restauración “es tan grande que te atrapa y te invita a tener un equipo multidisciplinario en donde cada persona es dueña de una parte del valor pero en donde sumados los esfuerzos se puede hacer un equipo grande y fuerte”.

Confesó que aunque sus inquietudes profesionales en un inicio se abocaron al campo de la salud, encontró su pasión al participar como restauradora en la Biblioteca México, donde quedó totalmente enamorada de este tema, “de las piedras, la cultura, de todo lo que puedes aprender cuando compartes con un edificio a este nivel”.

Aunque cada inmueble representa un reto diferente, dijo, el restaurador debe conocer los materiales, cómo se comportan, cuáles son los procesos de deterioro y cómo se pueden revertir. “Tienes que conocer quién lo hizo, cómo lo hizo, en qué momento histórico, con qué sistemas constructivos, qué le ha pasado al edificio, qué deterioros o problemáticas tiene y cómo se pueden resolver”.

Destacó también la importancia de documentar los procesos para dar cuenta de este trabajo y acercarse a las nuevas tecnologías, lo que permitirá contribuir a mantener los monumentos en muy buenas condiciones para que lleguen a otras generaciones.

Gabriela Echegaray aseguró que lo que unía a las cuatro panelistas en su quehacer es la memoria. “Creo que de alguna forma todas, cada quien en una trayectoria muy personal y desde sus inquietudes, estamos tratando de evocar y que se reconozcan y se guarden ciertos recuerdos.

“Hemos tenido la oportunidad de trabajar con muchos edificios patrimoniales y pensar cómo implementar o redensificar la vivienda; sentía que este también era un hilo que nos unía”.

Isaura González habló sobre el inicio de su carrera como escritora e indicó que comenzó a colaborar en medios especializados en 1997. Esta labor le permitió trabajar desde distintos frentes y descubrir un mundo a través del reportaje y la difusión. “Uno deja atrás muchos prejuicios, porque te das cuenta que para que una obra sea viable y se llegue a construir hay un montón de cosas detrás.

“Algo que para mí ha sido fundamental es que teníamos que ir a las obras, no escribir a partir de fotos bonitas, eso me dio un cambio total en la percepción de la profesión. Me di cuenta que detrás hay fuerzas que actúan para que los edificios sean posibles”, concluyó.

---000---