Conmemorarán en Bellas Artes el 110 aniversario del natalicio de Federico Cantú

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• Con una mesa redonda en la que participarán Leticia López Orozco, Adolfo Cantú Elizarrarás y Luis Rius Caso, bajo la moderación de Cecilia Santacruz

• El martes 28 de marzo a las 19:00 en la Sala Adamo Boari

Para conmemorar el 110 aniversario del natalicio de Federico Cantú, destacado pintor, muralista, escultor, y considerado como uno de los mejores grabadores mexicanos del siglo XX, se realizará la mesa redonda Federico Cantú. El último de los Románticos. 

Esta actividad, organizada por la Coordinación Nacional de Artes Visuales del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), se realizará el martes 28 de marzo a las 19:00 en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes. Participarán Leticia López Orozco, Adolfo Cantú Elizarrarás y Luis Rius Caso.

Cecilia Santacruz, coordinadora general del Salón de la Plástica Mexicana, moderará esta mesa. Entrevistada por el INBA, indicó que Federico Cantú es una figura fundamental del arte de nuestro país, ya que “fue un artista que exploró diferentes disciplinas, trabajó con la escultura, la pintura, el muralismo y el dibujo, además fusionó varios elementos y estilos, entre la tradicional escuela mexicana y la europea”.

Su formación en el extranjero, principalmente su estancia en París, le permitió incorporar a su propuesta y aportar a la plástica nacional otras formas y motivos. “Lo interesante de su trabajo es que aunque él se formó en Europa y Estados Unidos, llegó con un nuevo lenguaje a trabajar el arte nacional, a darle una nueva lectura”.

A 110 años de su nacimiento, dijo, su obra y trabajo son vigentes, ya que muchas de sus piezas son parte del imaginario social de los mexicanos y permanecen en los íconos que quedaron después de tantos años, como la Madonna del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), realizada por Cantú.

Santacruz reconoció también la activa labor de uno de los fundadores del Salón de la Plástica Mexicana y parte de la segunda generación de muralistas. “Fue un artista muy activo que incorporó a su trabajo el arte monumental y lo llevó al pueblo, al sumar estos elementos de la arquitectura al entorno, creo que esto fue lo más importante de su trabajo”.

Federico Cantú Garza, nació el 3 de marzo de 1907 en Cadereyta Jiménez, Nuevo León. Ingresó a la Escuela de Pintura al Aire Libre de Coyoacán a los 14 años. Luego radicó en Europa y Estados Unidos, entre 1924 y 1934. Su estancia en la Grande Chaumière y la Academia Colarossi en París, derivó en el tratamiento de temas históricos y religiosos, que desarrolló en algunas de sus obras. 

En 1929, se llevó a cabo su primera muestra individual en el Exposition Park Museum, en de Los Ángeles, California. Posteriormente, se presentó en muestras colectivas al lado de artistas como Diego Rivera, Roberto Montenegro, Carlos Mérida, Rufino Tamayo y José Clemente Orozco.  

Formó parte de la llamada Escuela Mexicana de Pintura, etapa de producción plástica que se dio al concluir la Revolución, en un esfuerzo por reconstruir el tejido social y promover la identidad nacional.  

En 1938 realizó una estancia temporal en Nueva York y finalmente regresó a México en 1943 para integrarse a la plantilla de profesores de La Esmeralda. 

Durante las décadas de los años 40 y 50 realizó obras murales, principalmente por solicitud de particulares. La siguiente década realizó obras públicas entre las que destacan relieves y la escultura para el IMSS.  

En más de siete décadas de creación artística, Federico Cantú desarrolló una intensa actividad plástica que concluyó con su muerte en 1989, en la Ciudad de México.

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