LITERATURA

Medalla Bellas Artes a Héctor Aguilar Camín

Boletín No. 370 - 24 de marzo de 2017
  • El lunes 27 de marzo a las 18:30 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
  • Lo acompañarán Luis Miguel Aguilar y Rafael Pérez Gay
  • Su obra no es la de quien escribiría en una isla desierta, ya que está hecha con la intención de llegar al otro: Luis Bugarini

El escritor mexicano Héctor Aguilar Camín recibirá la Medalla bellas Artes, máxima presea que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes, por sus grandes aportaciones a la cultura de México, el lunes 27 de marzo a las 18:30 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Estará acompañado por Luis Miguel Aguilar y Rafael Pérez Gay.

La trayectoria de Aguilar Camín es larga y múltiple en intereses y perspectivas. A decir del escritor y crítico literario Luis Bugarini, podría cifrarse en una búsqueda en específico: “Un entendimiento profundo de México, tanto de su presente estroboscópico, siempre elusivo y chispeante, como de cada uno de los hitos que lo han llevado a ser lo que es. Esta búsqueda, además, sucede a partir de tres ejes sin los que es imposible explicar su trayectoria como intelectual hispanoamericano, y los cuales se nutren de manera mutua: literatura, periodismo e historia”.

Aunque para algunos es mayormente conocida la faceta de periodista de Aguilar Camín que las de historiador o narrador, Bugarini señala que los lectores para quienes los libros son parte de su consumo habitual no ignoran la viveza de los cuentos de Pasado pendiente y otras historias conversadas (2010) o de novelas como El resplandor de la madera (1999), Las mujeres de Adriano (2001) o la celebrada Adiós a los padres (2014).

“Aguilar Camín aborda, como pocos narradores, los vicios y virtudes de la vida pública del país, y esas novelas se vuelven referentes para entender cómo se ejerce el poder, cuáles son los mecanismos de su preservación y transmisión y, eventualmente, cómo las dagas suelen traicionar a quienes las usan en contravención de la norma (incluso si es o no es legal).

“Forma parte de los intelectuales que llevan la reflexión del país a su trabajo literario por lo regular, y su narrativa deriva frontal para consignar las limitaciones éticas de una nación que aún busca una forma posible de rostro”, explica Bugarini. Por eso, Aguilar Camín expresa desde su primera novela, Morir en el golfo (1985), lo que serían las líneas generales de su proyecto literario, lo cual se refrenda con La guerra de Galio (1991). “La narrativa latinoamericana sigue su tradición de crítica social en las páginas de Aguilar Camín. Su obra no es la de quien escribiría en una isla desierta, ya que está escrita con la intención de llegar al otro”.

En cuanto al periodismo mexicano, la presencia de Aguilar Camín es relevante debido a diversos aspectos. Bugarini resalta, por ejemplo, “su capacidad para enfrentar con urgencia cualquier asunto de relevancia y asumir las consecuencias de una toma de posición; la verticalidad para mantenerse en una postura razonada si bien admite réplicas, siempre que se formulen con un mínimo de educación, y el que jamás falta debido a la mitología que genera: la difícil convivencia con el poder, que nunca es fácil para el periodismo ni para los intelectuales que participan activamente en el debate público y emiten posturas críticas.

“Se puede o no estar de acuerdo con sus posiciones, pero no pueden desecharse con gratuidad. Una parte significativa de su labor como periodista es poner en aprietos a las posturas irracionales, las asunciones sin pruebas, las críticas infundadas, el decir por decir. Su demanda de un periodismo con fuentes fiables se vuelve una lección de ética y legitimidad en un país que vive bombardeado con noticias falsas”, concluye Bugarini.

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