Intervención literaria y visita guiada del artista Erick Meyenberg

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• En el contexto de su exposición Un futuro anterior, acompañado por textos de Marcel Proust, el jueves 23 de febrero a las 17:00 en el Laboratorio Arte Alameda

• La literatura y el arte causan colapsos de tiempo que se miden por una relación afectiva con los sucesos: Meyenberg

En el contexto de la muestra Un futuro anterior, que actualmente se exhibe en el Laboratorio Arte Alameda, su autor, Erick Meyenberg, encabezará una intervención literaria y una visita guiada.

Acompañado por fragmentos de las siete partes que componen En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, el creador mexicano buscará una “apertura, una activación de forma poética, más literaria”, expresó en entrevista.

Esta actividad, que tiene un costo de recuperación de 150 pesos, se llevará a cabo el jueves 23 de febrero a las 17:00 en el Laboratorio Arte Alameda. Incluye tapas y vino de cortesía.

“Para mí la literatura ha sido fundamental. Casi fue el motor de ánimo para crear las piezas y sus relaciones”, señaló, y adelantó que la idea es realizar un periplo de la mano de las narraciones del autor francés “que me sirvieron como referencia para crear algunas obras, sin el afán de explicarlas.

“Creo que la literatura y el arte causan colapsos de tiempo que se miden no por el cronometro, sino por una relación afectiva con los sucesos. Cada una de las 11 piezas funge como un personaje dentro de todo el recorrido de la exposición, el cual se va repitiendo y reforzando. Al final, uno siente que dialogó con muchos personajes de una misma historia, pero la apuesta es a lo que los visitantes puedan experimentar.

“Como la mayoría de las obras son videoinstalaciones, mi intención es no pensar el video solo como una proyección, sino como un objeto que interviene el espacio y el cuerpo del espectador.

“Los fragmentos por narrar no hacen referencia directa a las piezas ni a los libros en sí mismos, sino que reproducen ciertas experiencias estéticas, determinado entendimiento filosófico que obtuve del arte y la vida en general a raíz de haber leído a Proust y a otros escritores.

“La exposición en sí recrea la experiencia que uno tiene al leer un libro: ese colapso de tiempo, y aunque está sostenida por un sustrato muy negro del porvenir, creo que se aferra a la vida; acarrea cierta esperanza. Es un ejercicio de la vida que se aferra a la vida misma”, concluyó.

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