ARTES VISUALES

La etapa final de la labor artística de David Alfaro Siqueiros fue revisada en la última sesión del ciclo Visita al Archivo Siqueiros

Boletín No. 1682 - 08 de diciembre de 2016

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o   Dicho ciclo se llevó a cabo en la SAPS del INBA. Nació a partir de la relación e interés de la gente con su obra, y constó de seis charlas en las que se abordó desde el trabajo colectivo en la ejecución de los murales del artista, su participación en la Guerra Civil Española, su reclusión en Lecumberri, hasta sus últimas obras antes de su muerte 

o   El público pudo conocer datos sobre el emblemático mural La marcha de la humanidad, y la inauguración de La Tallera

El pasado martes 6 de diciembre se realizó la sexta y última sesión del ciclo Visita al Archivo Siqueiros en la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS), en la que el tema principal fue la etapa final de la labor artística del muralista David Alfaro Siqueiros, de la que se destacan la inauguración de La Tallera y del emblemático mural La marcha de la humanidad

A partir de este ciclo de charlas, en las que se presentó parte del archivo fotográfico, audiovisual y hemerográfico del pintor, se buscó mostrar la relevancia de su obra, vida y procesos de trabajo desde los documentos que este espacio resguarda y así acercar al público a una parte que, probablemente, desconocía acerca de uno de los grandes muralistas mexicanos. 

De acuerdo con Mónica Montes, encargada del acervo documental del artista en la SAPS, “la importancia de estas pláticas reside en el conocimiento del contenido que este lugar tiene. Poseemos más de 80 mil documentos que hablan de su trabajo, mismos que fueron recopilados por Siqueiros y su esposa”.

En este archivo no solo hay información sobre la labor del pintor, sino también existen archivos que muestran parte de su época, “pues Siqueiros se preocupó por recabar evidencias de su tiempo, así como de artistas e intelectuales contemporáneos”, afirmó Montes. 

El ciclo Visita al Archivo Siqueiros nació a partir de la relación e interés de la gente con su obra, y constó de seis charlas en las que se abordaron diferentes temas, desde el trabajo colectivo en la ejecución de los murales del artista, su participación en la Guerra Civil Española, su reclusión en Lecumberri, hasta sus últimas obras antes de su muerte en enero de 1974.

En la última conversación, dedicada a la revisión de la etapa final de su trabajo, también se habló acerca de la relación de Siqueiros con el empresario Manuel Suárez y Suárez, quien fungió como su mecenas, pues le encargó la realización de una “ópera magna” para el Centro de Convenciones del Hotel Casino de la Selva, en Cuernavaca, cuya extensión abarcaba más de 4 mil 600 metros cuadrados y que, debido a la magnitud, terminaría revistiendo los muros del Polyforum Cultural Siqueiros con el nombre La marcha de la humanidad.

Se habló además sobre La Tallera, ubicada también en Cuernavaca, una escuela-taller inaugurada en octubre de 1965, cuyo objetivo fue conjuntar a artistas de diferentes latitudes para colaborar y acrecentar el muralismo. “Para quien trabajó con Siqueiros, La Tallera fue fundamental, pues ahí podían crear sin problemas, ya que el mismo Siqueiros les proveía de todas las herramientas. Sobre el nombre, éste es femenino, ya que para él, ese lugar era como una madre que procreaba arte”. 

Además, se resaltó el hecho de que durante el periodo de seis años que tardó en terminar La marcha de la humanidad, en enero de 1969 inauguró, en Polanco, la Sala de Arte Público Siqueiros, misma que fue su casa y que se convertiría en un centro para teorizar, innovar y mostrar, a manera de museo con intención pedagógica, los aspectos más importantes de la composición espacial, abierto al diálogo con las generaciones futuras. 

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