LITERATURA

Recibió el compositor Julio Estrada la Medalla Bellas Artes

Boletín No. 1672 - 07 de diciembre de 2016

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  •    De manos del subdirector general del INBA, Sergio Ramírez Cárdenas
  •    En su discurso, el galardonado propuso un nuevo enfoque para la enseñanza de las artes a partir de la premisa educar-investigar-crear 
  •    La presea va acompañada del respeto de las instituciones, la admiración de sus colegas y el cariño sus alumnos que hoy destacan en el medio: Ramírez Cárdenas

En un acto celebrado el martes por la noche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el compositor y musicólogo Julio Estrada recibió la Medalla Bellas Artes 2016 “por su labor constante, incansable y comprometida con la creación artística del país”.

A nombre de la Secretaría de Cultura y del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el subdirector general de Bellas Artes, Sergio Ramírez Cárdenas, hizo entrega de la presea al también investigador y docente ante un numeroso público formado por familiares, amigos, alumnos y colegas.

En el acto, el funcionario federal dijo que para las instituciones de cultura mexicanas “es un honor entregar esta distinción que reconoce la brillante y prolífica trayectoria con la cual Julio Estrada ha contribuido notablemente al desarrollo musical de México”. 

Al hacer entrega de la presea, así como de un diploma alusivo, Ramírez Cárdenas aseguró que la distinción “va acompañada del respeto de las instituciones, la admiración de tus colegas y, sobre todo, del profundo cariño de aquellos alumnos que gracias a tu ejemplo son hoy creadores reconocidos”.

Ramírez Cárdenas calificó al galardonado como un creador difícil de catalogar porque “es un artista multifacético, un sabio del siglo XXI --aunque él lo niegue--, un monstruo de la creación artística y un ser humano de una generosidad inagotable”, e invitó al público a conocer su obra, la cual abunda en la redes sociales, dijo.

Al recibir la presea, el doctor en Música y Musicología Julio Estrada hizo un largo discurso en el que se refirió a sus múltiples actividades y pasiones como artista. 

Por un lado, señaló: “Crear es vivir la música como la vida misma, un apremio que de niño llevé a contracorriente de mis padres (…) el escape de la casa paterna, la expulsión o huida de los conservatorios, la censura o el ninguneo solo ayudaron a mi ánimo de búsqueda ascética en pos de un arte que pudiese erguirse con el hallazgo como precepto”.

Luego aseguró que “crear es investigar”, que “la creación-investigación enriquece el talento, dignifica al creador y lo reeduca cuando le toca ser maestro” porque, agregó, “enseñar comporta el reto de aproximarse con devoción a la necesidad del otro (…) sin más arte que la claridad que rescata el saber”.

Y completó la tríada: “Educar-investigar-crear es una cadena lógica y biológica; Piaget describe el avance de un punto a otro, del aprender al comprender, todo mediante una cadena que en las artes culmina en el hallazgo creador de lo bello, cometido que, por una vía, libera a la conciencia y, por otra, al imaginario”.

Julio Estrada fue más allá y sentenció entonces que “una nueva conciencia hace irreversible replantear la enseñanza básica de las artes, de la primaria al bachillerato”. En ese sentido, propuso abiertamente “acrecentar el aspecto académico y artístico con una nueva figura, la del investigador-creador en arte”. 

Para ello, subrayó, “es necesario que el artista se mire a sí mismo y decida a solas si seguir en la academia o reconocerse en la investigación-creación. Corresponde a las autoridades revisar su mirada sobre el arte y fundar un espacio para que la creación y la interpretación encuentren un sitio más transparente en el siglo XXI”.

Con más de 50 años de actividad, Julio Estrada dijo: “Reconozco que no habría sobrevivido sin alguien que creyó en lo que creí y aún creo: Velia Nieto”, su esposa y compañera desde jóvenes, así como pianista y estudiosa de la obra del galardonado.

La ceremonia de entrega de la Medalla Bellas Artes al doctor Julio Estrada inició con una video-semblanza-entrevista en la que algunos de sus compañeros (Julio Bracho, German Romero y otros) expresaron opiniones sobre la obra y trayectoria del galardonado. 

Luego, el propio Julio Estrada y su hijo Amadeo Estrada sostuvieron una charla con el escritor franco-mexicano Frédéric-Yves Jeannet. Amadeo Estrada platicó que siendo biólogo de profesión se convirtió en uno de los intérpretes de la obra de su padre, ejemplo de ello es la ópera Murmullos de silencio que se escenificó en Japón y Alemania.

Frédéric-Yves Jeannet expresó por su parte que “nadie es profeta en su tierra” al referirse al hecho de que la obra de Julio Estrada es más conocida en el extranjero que en su país. “En algunos lugares, como Nueva York –dijo—se han hecho actividades muy importantes con su obra, y eso es algo que me gustaría ver en México”.

En la actualidad, expresó el escritor francés, estamos haciendo Julio y yo un libro de entrevistas en el que participa una persona más que recopila esas conversaciones pero que al mismo tiempo hace anotaciones propias, en una especie de crítica al entrevistado y entrevistador, un experimento que nos gusta mucho, concluyó.

En el acto participó el guitarrista mexicano Gonzalo Salazar, quien aceptó que conocer a Julio Estrada ha sido trascendental para su trabajo. Fue su alumno y poco a poco se fue acercando a su obra para guitarra, a la cual calificó como “nueva, peculiar e impactante”.

Destacó el hecho de que un compositor de música contemporánea escriba desde su punto de vista moderno para guitarra, un instrumento que ha sido “menospreciado, vilipendiado”. Sin embargo, dijo, Estrada ha dado un nuevo espacio a la guitarra en el panorama de la música del siglo XXI. 

Salazar interpretó en el acto una obra de Estrada para guitarra, en la cual se observó más que nada un acercamiento un tanto violento a la guitarra y sus cuerdas, como si tratase de destruirla, con pocos rasgueos característicos.

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