ARTES VISUALES

Ernst Saemisch: un artista que intentó hacer visible la fuerza de la vida

Boletín No. 1547 - 11 de noviembre de 2016

Ernst Saemisch: un artista que intentó hacer visible la fuerza de la vida

o   Ayer, en el Palacio de Bellas Artes, especialistas versaron sobre la vida y obra del pintor alemán 

o   En el marco del Año Dual Alemania-México 2016-2017

Para reflexionar sobre la vida, obra y trascendencia de Ernst Saemisch, un artista paradigmático que supo tender lazos entre México y Alemania en la historia del arte, ayer, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, se realizó la mesa redonda Rebeldía y Naturaleza, Ernst Saemisch: Un expresionista en México.  

Este evento fue organizado por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio de la Coordinación Nacional de Artes Visuales, en colaboración con la Asociación Ernst Saemisch A.C., en el marco del Año Dual Alemania-México 2016-2017.

Durante casi dos horas Carlos Blas Galindo, Jorge Juanes, Fernando Gálvez de Aguinaga y el historiador Francisco Prieto, quien moderó la mesa, reflexionaron sobre el quehacer y los aportes del artista alemán nacido en 1902, en el contexto de las grandes rupturas de la primera mitad del siglo XX. 

En su introducción, Francisco Prieto refirió que este creador es un expresionista que presentó el horror y el desencanto de aquellos años en el otoño de la cultura, pero también abrió ventanas al horizonte y la experiencia vital, el aura de las cosas y el sentido profundo que surge en sus obras a través de la belleza. 

“Por eso creo que es importante este encuentro, para hablar y discutir sobre este pintor que apenas ahora se está revelando a los ojos de las mentes y las almas de nuestros contemporáneos”, dijo. 

Jorge Juanes, crítico e investigador, versó sobre la importancia de pensar el arte desde el arte mismo y no solo a partir de su temporalidad, contexto y de los referentes meramente históricos, ya que no existen definiciones unívocas sobre éste, porque es algo vivo y cambiante, en lo que él ha llamado “los territorios del arte”.

Sobre la pintura de Saemisch y el caso concreto de su trabajo, expresó que está emparentado con lo más lúcido del pensamiento, la poesía y el arte alemán. También refirió algunos pasajes escritos por Saemisch, fragmentos de textos que dan cuenta del pensamiento que nutrió sus obras. 

“Yo creo que la pintura de Saemisch pertenece sin duda a una tradición, la nórdica, una tradición que preserva, que se asienta en el romanticismo alemán y que frente al proceso de secularización y la muerte de Dios, que da lugar al antropocentrismo y que supuestamente define la línea totalizadora de la modernidad, abre el deseo de preservar lo sagrado. Una experiencia artística donde la defensa de lo sagrado es algo primordial, sin la cual es imposible pensar algo como el expresionismo”, abundó. 

El investigador apuntó también sobre el surgimiento del individuo libre, creador y abierto a lo abismal y la relación del individuo autónomo en los procesos creativos. “Eso es Ernst Saemisch, eso es lo que dice él, elevarse sobre sí mismo, es decir, mantener la posición excéntrica y quién mantiene esa posición, un pintor solitario que en silencio pero entregado radicalmente a sus posibilidades, sabe preservar la radicalidad existencial y abrirse al orden último de las cosas”.

Por su parte, Carlos Blas Galindo puntualizó que el trabajo de trabajo Saemisch “es un trayecto audaz y complejo, entre las vanguardias históricas y las posvanguardias, pasando por las neovanguardias de la primera mitad del siglo XX, es decir, cubre la índole de arte que se hizo en el tiempo que le tocó, lo que se estilaba, pero anticipó un tipo de producción, lo que hoy en día está en boga”.  

Su obra, dijo, “es una provocación al orden artístico establecido, una subversión”, ya que no acató las normas y preceptos establecidos, “es alguien que va y viene entre lo que es la norma y lo que él tiene que expresarnos. Lo que hace es enarbolar día con día, en todas las etapas de su producción la originalidad”. 

Además, expresó que en su trabajo se puede apreciar una filiación utopista sobre el futuro posible y fue capaz de vislumbrar los nuevos intereses y motores artísticos que se darían a partir de la década de los ochenta, por lo que lo consideró un precursor de las posvanguardias.

Finalmente, Fernando Gálvez de Aguinaga, compartió con los asistentes la influencia y experiencias al abordar el trabajo del pintor alemán.  “Es una de las obras más poderosas que pude frecuentar y revisar continuamente. Puedo decir que esa sucesión de imágenes, esos paisajes emocionales que pintaba Ernst Saemisch, esas nubes, esos corrales, esos trabajadores que se iban vaporizando en su labor de la pesca, en la relación del hombre con el mar, hablan de la introspección maravillosamente poética que tenía este artista y ahí está su gran aporte”. 

Estos críticos e investigadores dejaron ver cómo los trazos de Saemisch conquistaron el horizonte creativo con un lenguaje propio, lo que lo llevó a ser reconocido al margen de las estéticas del momento. Ernst Saemisch fue un artista situado en la radicalidad, más allá de las vanguardias, un provocador que “intentó hacer visible la fuerza de la vida”.

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