Concluye diplomado en albures en la Galería José María Velasco

Boletín No. 1515 - 07 de noviembre de 2016

Concluye diplomado en albures en la Galería José María Velasco

o   Este martes 8 de noviembre a las 10:00 será la última sesión para 15 alumnos

o   A cargo de Lourdes Ruiz, la Reina del Albur, y Alfonso Hernández, cronista del barrio bravo de Tepito

o   Se realiza desde hace 16 años  

Con una sesión práctica, este martes 8 de noviembre a las 10:00 concluirá el tercer y último Diplomado en Albures 2016 que imparten los especialistas Lourdes Ruiz y Alfonso Hernández en la Galería José María Velasco, con el apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Luego de cuatro sesiones, en las que se abordaron diversos temas acerca de la facilidad de entablar un diálogo de palabras y doble-sentidos, concluirá el diplomado que tiene como objetivo “reivindicar la picardía como signo de identidad de los mexicanos”, según expresó el cronista del barrio de Tepito, Alfonso Hernández.

Esta actividad, que es completamente gratuita, constó de cuatro sesiones a cargo de Hernández y la Reina del Albur, Lourdes Ruiz. 

Ambos expertos, para quienes el albur es “un juego de ajedrez mental” que si se cultivara más habría más niños expertos en matemáticas y ciencias, realizaron el diplomado de manera escrita y práctica, es decir, los participantes elaboraron una serie de ensayos escritos y realizaron prácticas de albures a partir de temas específicos. 

Perfiles y antecedentes académicosAntropología del alburFenomenología del relajoCaló de los oficios y albur popularDebate y lecturas en torno a textos de diversos autores y de los propios, fueron algunos de los temas abordados.

Lourdes Ruiz, la Reina del Albur, comentó que para esta última sesión los alumnos —que esta vez fueron 15, aunque en otras ocasiones han sido hasta 40— presentarán un trabajo por escrito y breves intervenciones prácticas.

La maestra indicó que el diplomado llega a su edición 16 con tres periodos cada año, y resaltó el éxito obtenido, ya que –explicó— inició en 1997 como un taller y para el año 1999 tuvo que convertirse en diplomado.

“El albur es cultura –afirmó Lourdes Ruiz—; es una manera de hablar diferente con las mismas palabras de uso cotidiano, y de los especialistas en diferentes materias”, dijo. En ese sentido, comentó que a su diplomado asisten médicos, abogados, psicólogos, maestros, quienes tienen su propia jerga lingüística, pero también muchos estudiantes de periodismo, antropología y artes, y amas de casa, quienes buscan comprender todo ese contenido alburero que hay en el lenguaje de todos los días.

La vida misma es un albur, refirió Lourdes Ruiz, porque también se trata de un combate en donde el que se queda callado, pierde. 

Por su parte, Alfonso Hernández aseveró que el diplomado “fomenta la lectura, propicia la elocuencia y provoca la improvisación con interacción grupal en un ajedrez mental que va revelando los muchos complejos y los pocos reflejos que se tienen para entender o responder un albur”.

En ese sentido, concluyó, “por su origen, el albur es blasfemo porque desacraliza lo sagrado y vuelve poético lo prosaico, derrumbando con su ritual grotesco la solemnidad de la liturgia académica”.

Este diplomado en albures incluyó una conferencia magistral a cargo de Rusbel Navarro, quien realizó su tesis sobre el albur: Hecho en México: Opúsculo del albur como patrimonio cultural inmaterial.

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