Tocando música desde el braille, concierto didáctico en el Museo de Arte de Ciudad Juárez

Ciudad de México, 21 de octubre de 2016

Boletín núm. 1429

Tocando música desde el braille, concierto didáctico en el Museo de Arte de Ciudad Juárez

• A cargo del Ensamble Musicográfico Inclusivo, un proyecto del músico Roberto Prieto

• Se llevó a cabo el jueves 20 de octubre a las 19:00 en dicho recinto dependiente del INBA

El Museo de Arte de Ciudad Juárez, dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes, abrió sus puertas al Ensamble Musicográfico Inclusivo, un proyecto del músico Roberto Prieto en el que niños normovisuales e invidentes, así como algunos profesores, se unieron para ofrecer al público un concierto didáctico.

Esta actividad titulada Tocando música desde el braille, que destaca la implementación del sistema de musicografía, que permite la transcripción de una partitura de música al sistema en braille, se llevó a cabo el jueves 20 de octubre en dicho espacio museístico al norte del país.  

Con dicho sistema, los niños con discapacidad visual pueden leer una partitura y memorizarla, para posteriormente ejecutar música simultáneamente con un ensamble de músicos tanto con discapacidad como sin ella. 

Roberto Prieto, coordinador del evento, tiene una licenciatura en Diseño Gráfico, en Música y una maestría en Procesos Creativos en Arte. Además de ser director del Ensamble, es creador del Manual de Musicografía Braille, con el que estudian, hasta el momento, doce niños y jóvenes de entre 6 y 20 años de edad, quienes ya pueden leer y escribir partituras.

El también docente en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y flautista de la Orquesta Sinfónica de la misma, comentó que en los últimos años se ha incrementado la oferta de música para niños de escasos recursos en Ciudad Juárez, como medio de rescate social, e incluso, dijo, se crearon varias orquestas infantiles.

Sin embargo se percató de que no había materiales para enseñar a personas invidentes, de allí que se decidiera a escribir partituras en braille.

El además maestro de instrumentos de aliento en la Orquesta Esperanza Azteca, recordó que un día, en un concierto de sus alumnos, se sentó atrás de un grupo de niños del Centro de Estudios para Invidentes, quienes estaban extasiados escuchando la música.

Señaló que de allí nació la idea de darles clase. Para empezar, indicó, tuve que dominar primero el sistema braille y hacerlo sencillo para que un niño pudiera comprenderlo, para luego leer la partitura, representar la nota, su valor, su altura, armadura, compás, y todas las complejidades que conlleva escribir música.

Y agregó: Primero selecciono la pieza a interpretar, hago la partitura normal, el arreglo, la imprimo y después la pasó a braille en sus cuatro voces.

La idea fue hacer mi propio material para enseñar a niños a tocar instrumentos sinfónicos como violín, chelo, clarinete y flauta, porque por lo general a los invidentes se les enseña piano o guitarra, por imitación.

Con su método, los niños tocan en igualdad de oportunidades y pueden leer y escribir música, gracias a este material en el que ha trabajado desde hace más de cinco años, con el apoyo de la UACJ.

Uno de los retos que ha enfrentado es que los alumnos no pueden imitar la postura de su maestro, la forma en que se agarra el arco para tocar el violín o chelo, por lo que muchas veces se les iba de lado, sin embargo, también con herramientas especiales y adecuaciones que se hicieron a los instrumentos, se ha podido solucionar el problema.

Roberto Prieto, quien ha recibido el reconocimiento del Instituto Chihuahuense de la Cultura, y apoyo del Fondo para la Cultura y las Artes, espera ahora la respuesta a una convocatoria que aplicó de la Organización de las Naciones Unidas para obtener recursos y continuar con su labor de enseñar música a los invidentes.

Debido a que los niños que atiende son de muy bajos recursos, Prieto les proporciona los instrumentos y las partituras para que aprendan no solo a tocar, sino a leer y escribir música.

En el concierto didáctico que ofreció el Ensamble Musicográfico Inclusivo, el público pudo disfrutar de piezas como el Himno a la alegría, La granja del tío Juan, María tenía un corderito, y la sinfoníaSorpresa, de Joseph Haydn, entre otras.

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