ARTES VISUALES

Fue inaugurado el Cubo transitable de 6 m. de Teodoro González de León

Boletín No. 1315 - 30 de septiembre de 2016

Ciudad de México, 30 de septiembre de 2016

Boletín núm. 1315

Fue inaugurado el Cubo transitable de 6 m. de Teodoro González de León

  • La directora general del INBA, María Cristina García Cepeda, presidió la ceremonia en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo

Madera de pino de segunda y acero son los materiales que utilizó Teodoro González de León para elaborar la enorme esculturaCubo transitable de 6 m. Formado por seis triángulos egipcios conectados por 12 tubos, que desde la noche del jueves 29 de septiembre se exhibe en el patio central del Museo Tamayo Arte Contemporáneo.

Seis triángulos egipcios elaborados en madera de pino se unen con 12 tubos de acero que forman una red interna por la que el público puede transitar y experimentar diversas emociones.

En mayo pasado, cuando se dio a conocer que estaba trabajando en la escultura, el arquitecto afirmó que el público se sorprendería cuando se metiera en ella.

Y efectivamente, los asistentes al Museo Tamayo –diseñado por González de León y Abraham Zabludovsky–, mostraron su asombro al observar la pieza y circular a través de ella. La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, manifestó sentir gran emoción por ver materializada la obra que le propuso crear a Teodoro González de León con motivo de sus 90 años.

Recordó que le planteó elaborar una pieza que lo mostrara como el arquitecto universal que también exploró la creatividad en las artes plásticas, y que el creador primero se sorprendió por la petición, pero a los dos días estaba muy entusiasmado y accedió a hacer la obra escultórica.

“Él parecía niño chiquito con un nuevo juguete a medida que la pieza fue creciendo y se fue haciendo realidad. La verdad es que solo tengo que agradecerle a Teodoro que nos haya permitido compartir con él la creación de esta pieza maravillosa. Se trata de un ejercicio; de un testimonio del ingenio, sensibilidad y talento de nuestro querido Teodoro”.

Asimismo, reconoció la participación del ingeniero Antonio Pliego y su equipo de trabajo, quienes llevaron a cabo el montaje de la escultura.

Por último, la titular del INBA comentó que el trabajo conjunto entre la Secretaría de Cultura federal y la de la Ciudad de México, conciliar esfuerzos y compartir iniciativas hace posible concretar proyectos de esta naturaleza y magnitud.

Durante su intervención, el arquitecto Xavier Guzmán, subdirector de Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, indicó que la madera de pino de segunda permite apreciar los nudos y las vetas, y que los tubos de acero le dan estabilidad, sustentabilidad y rigidez a la estructura.

La forma en la que González de León dispuso los triángulos (tres enfrentados con otros tres) define las esquinas del cubo y las transversales por unos vacíos en donde está el pasillo para transitar.

El pasillo, añadió, arranca en el tercer escalón del patio central del recinto, y quien observa desde allí puede experimentar una especie de opresión, sensación que el autor de la escultura deseaba que la gente percibiera. No obstante, conforme se va descendiendo, la tubería queda arriba y se puede pasar perfectamente, dando paso a otra sensación completamente distinta a la inicial.

Por su parte, Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura de la Ciudad de México, refirió que esta escultura permite recordar al arquitecto en su reciente partida y es parte del homenaje por sus 90 años.

Asimismo, anunció que después de su periodo de exhibición en el Museo Tamayo, la escultura podrá ser apreciada en el Museo de la Ciudad de México.

Esta escultura, añadió, puede ser vista como una gran reflexión a nivel de síntesis; una especie de haiku de la obra de Teodoro González de León: “Sus espacios públicos y privados se abren siempre al espacio público. Todas sus obras son realmente transitables.

“En esta pieza, Teodoro ha resumido el espíritu de que su arquitectura permea a los seres humanos, abierta a la ciudad. Es un espacio de alegría, de luz, de juego; un gusto en medio de la tristeza de haberlo perdido, y nos permite reconocer su enorme talento, su genio y su legado”.

A la ceremonia inaugural acudieron Eugenia Sarre, viuda del arquitecto, así como sus hijos Diego, Berenice y Sofía.

---000---